Add parallel Print Page Options

Cuando llegue ese día,
te darán miedo las alturas
y los peligros del camino.
Tu almendro echará flores blancas,
el saltamontes y la alcaparra
te resultarán una carga,
y no te servirán de nada.

Cuando llegue ese día,
irás camino al lugar
de donde ya no volverás,
y en la calle te rodearán
los que lamenten tu muerte.

Acuérdate de tu creador
antes que se hagan pedazos
el cordón de plata
y la vasija de oro;
antes que el cántaro
se estrelle contra la fuente
y la polea del pozo
se parta en mil pedazos.

Cuando llegue ese día,
volverás a ser polvo,
porque polvo fuiste,
y el espíritu volverá a Dios,
pues él fue quien lo dio.

Read full chapter